Cuando releemos parte del innumerable material que hoy
circula en torno a la Programación Neuro-Lingüística (PNL), se hace bastante difícil dar con algún texto
que dedicándose a la misma, aventure alguna definición que vaya más allá de las señales identitarias del marketing.
En efecto, presentada desde sus orígenes, en mucho por sus
mismos creadores: Richard Bandler (1950) y John Grinder (1940), como una
herramienta sin necesidad de grandes soportes
estructurales, como un modelado sobre el que sólo basta saber si
funciona o no, si es útil antes que verdadero [BANDLER - GRINDER. De sapos a príncipes. Transcripción del
seminario de los creadores de la PNL, Gaia Ediciones, Madrid, 2000, pp.
21-22, 25].
De este modo, seguramente como reacción al espíritu
academicista que entonces rodeaba el mundo de la salud mental
estadounidense, desde el principio la vemos de la mano de sus promotores
vinculándose al mundo de la consultoría de élite. De hecho, Timothy Gallwey (1938),
uno de los primeros instructores en homologar deporte de élite y dirección
empresarial, siempre ha reconocido la deuda capital del coaching respecto
a la PNL. Es por eso que nos
encontrarnos con definiciones que apuntando principalmente a los logros y a la
eficacia, nos presentan la neuro-lingüística desde claves como la actitud, la
curiosidad o el deseo de aprender. Todas cualidades dirigidas unilateralmente hacia
la excelencia desde lo que sería una cierta concepción mercantil de la vida y sus retos.
Ahora, sea simplemente la PNL lo dicho, o una
metodología o una técnica como también suele caracterizársela, es un hecho que
cuando Bandler y Grinder a principios de los ´70 emprenden el trabajo conjunto
de investigación que poco a poco les llevará a desarrollar los presupuestos
básicos de la Neuro-Linguistic Programming [el
término acuñado por Bandler y Grinder (NLP) no salió a la luz hasta 1977,
cuando Robert Dilts (1955), nuevo colaborador de estos, lo lanzó abiertamente a la
comunidad científica], saben
perfectamente qué es lo supuesto detrás de cada uno de los términos que emplean. Saben que lo que tienen en sus manos no es un producto psicológico más, fácilmente dirigible al mercado del bienestar. Sin embargo esto es lo que en mucho parece haber sucedido. ¿Por qué?
Pues bien, de todo esto comenzaremos a hablar en
breve. Síguenos para así entender de qué hablamos cuando hablamos -seriamente- de PNL...
Quedamos como siempre a vuestra disposición. Escribidnos o llamadnos.
Un saludo.
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