domingo, 8 de noviembre de 2015

¿Cómo empezar a construir una comunicación plena?

     Volvemos hoy, ya para terminar, sobre los presupuestos teórico-metodológicos de la PNL. Presupuestos con los que este modelo de comprensión (y a la vez relación de ayuda) del comportamiento humano, fundamentalmente quiere presentarse como efectiva herramienta comunicacional. ¿Por qué? Pues sencillamente porque toda ayuda o cuidado: social, educativa, sanitario-terapéutica, inter e intrapersonal, necesita sí o sí de niveles satisfactorios de comunicación.
     De ahí que, desde el círculo de bienestar que conforman CUIDADO - COMUNICACIÓN - COMPRENSIÓN, la PNL, en sus presuposiciones, concluya mirando a la gran aportación de la hipnoterapia de Milton Erickson (1901-1980). En efecto, a ello alude cuando sostiene que toda comunicación para ser plena, para cuidar y curar, debe comenzar por sintonizar con el otro con el que se produce el encuentro. Sintonía con un otro, pero también con su interpretación del mundo.
     Habla y hablamos entonces de rapport, del contacto que basado en la triple sintonía de lo emocional, lo psico-existencial y lo físico constituye la gran respuesta a la pregunta sobre cómo empezar a construir una comunicación plena. De este modo, con este derivado del antiguo verbo francés rapporter: verbo que literalmente significa llevar algo, a cambio de… estaríamos ante la dinámica relacional por la cual lo que enviamos, comunicacionalmente hablando, al otro, este nos lo devuelve. Dinámica imprescindible en el inicio de toda ayuda, ya que como intercambio de información será básica para optimizar la relación.
     Dicho esto, reparemos mejor en los elementos llamados a confluir en este contacto en sintonía. En primer lugar en lo emocional; en la positividad con que los interlocutores deben acoger el estado anímico del otro. Claro que atendiendo siempre al tipo de relación establecida. Así, no será lo mismo acogerse entre pares: amigos, hermanos, pareja que entre individuos vinculados jerárquicamente: padres e hijos, maestros y alumnos, jefes y subordinados. Con todo, el nivel emocional conflictivo o problematizador dado en el encuentro, nunca debería ser motivo de censura o minusvaloración.
     En segundo término, el rapport debe velar por un alto nivel de atención de lo que psico-existencial sucede en el encuentro, y de cómo eso que sucede se expresa. Es decir, tiene que ser sumamente cuidadoso, en el captar y respetar, la situación descriptiva y comprensiva en la que el otro está, se mueve y se dice. Toca aquí privilegiar el valor del lenguaje. Finalmente, tiene que ser capaz de decir, de un interlocutor a otro: soy como tú, puedes confiar. Desafío en el cuál, el acoplamiento físico (como gustaba decir a Erickson), el coordinarse como espejos uno y otro, va a ser fundamental. Se privilegia entonces la sintonía física, los cuerpos hablan desde la armonía.
     Sintetizando lo dicho, tres ideas a auto-decirnos al comunicarnos con el otro:
     a) Acepto y acojo lo que te afecta… tu rabia, tu dolor, tu miedo.
     b) Entiendo lo que dices, tu análisis y comprensión de lo que sucede.
     c) Soy como tú. Comparto tu estar físico, me acoplo a él, no me diferencio.