viernes, 24 de julio de 2015

Tiene el control la persona con más alternativas...

Siguiendo con los presupuestos básicos de la PNL, uno de ellos sostiene que: tiene el control la persona con más alternativas. Algo que a simple vista puede parecer inadecuado dado el regusto a manipulación que el propio principio suscita. De hecho, lamentablemente, muchos de los entrenamientos que hoy se estilan -desde los personales hasta los deportivos o comerciales, incluso los políticos- suelen sostenerse en dicha idea en tanto principio firme de determinación. Algo así como: ´sí juego con todas estas estrategias no se me escapará ningún objetivo`. Hecho a las claras, pervertidor del principio, dado que la cuestión no pasa por la eficacia de las estrategias que diseñemos, sino por la virtud de los objetivos planteados. Tener todos los medios, no valida cualquier fin.

¿A qué alude entonces el presupuesto pnlista? Teniendo en cuenta que la PNL parte de una concepción sistémica de la realidad, es decir, de una concepción donde todo lo real sucede y se explica reticularmente, en red, el mismo viene a decirnos que frente a diferentes estímulos, el elemento con mayor variedad de respuestas, será el que ejerza el control sobre la situación o sistema. Así, frente a una determinada cuestión, problema o propósito, cuanto más desarrollemos nuestra capacidad de comprensión del asunto, por lo tanto de su gestión, mayor precisión alcanzaremos en la consecución de lo bueno o exitoso vinculado a ello. Sí frente a lo que sucede, aumentamos la captación, la adaptabilidad, la flexibilidad y la creatividad, nos permitiremos un mejor acercamiento al mundo.

Un hecho que sin duda nos salvará de echarle quejosamente la culpa de todo a las circunstancias externas: ´qué si la gente`, ´qué si la suerte`.... En el fondo, porque el principio en cuestión viene a recordarnos que para alcanzar los resultados deseados ya contamos con los recursos necesarios; solo hace falta identificarlos y usarlos. 

De ello dependerá el mejor control de cara al mejor objetivo: aprovechar la vida y no aprovecharse de ella.