viernes, 29 de mayo de 2015

Nada sustituye a unos canales sensoriales abiertos y limpios...

Continuamos con las presuposiciones de la PNL. Cuando en ella se dice que Nada sustituye a unos canales sensoriales abiertos y limpios, sabemos que se refiere a los sentidos a través de los cuales contactamos con el mundo que nos rodea, incluso con nosotros mismos. Alude así, a lo que nos es clave a la hora de percibir y elaborar lo que acontece: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto o kinestesia.

Y lo hace en razón de que nuestro pensamiento, lenguaje y comunicación, nuestros productos conscientes, solo son posibles en relación a ellos en tanto accesos por donde entra todo lo que precisamente mueve el mundo de lo mental. En efecto, las personas nos activamos intelectual, emocional y operativamente a partir de los estímulos -externos e internos- que con su provocación, placer o incomodidad tocan nuestra capacidad neurológica.

Pero claro, en el largo camino que va de estos a la mente, son los sentidos los que nos permiten la interacción y construcción de la realidad. Neuro-fisiológicamente, con ellos toca cada estímulo. De ahí la necesidad de que todos estén debidamente abiertos y limpios, es decir, potencialmente aptos en su diversidad y capacidad.

En un intento de simplificación, en el fondo lo que intenta siempre la mente, podemos decir que la realidad, tal como la conocemos, es el resultado de una ´ecuación`. Ello en el sentido de que una serie de señales a las que denominamos inputs entran por las vías sensoriales y son analizadas e interpretadas desde un centro de análisis -la mente- para finalmente alcanzar un resultado: la realidad percibida, nuestra propia realidad.

Por eso, si nuestros sentidos alterasen cualquiera de las variables implicadas en el proceso, la ´ecuación` producirá resultados diferentes. De modo que, cualquier alteración en las señales de entrada a través de la intervención en las vías sensoriales, puede llegar a producir resultados completamente distintos en situaciones y escenarios aparentemente idénticos. De donde la necesidad de la apertura y la limpieza sensorial a la hora de construir el mundo, de hacernos con la realidad.