Siguiendo con los presupuestos básicos de la PNL, uno de
ellos sostiene que: tiene el control la
persona con más alternativas. Algo que a simple vista puede parecer
inadecuado dado el regusto a manipulación que el propio principio suscita. De
hecho, lamentablemente, muchos de los entrenamientos que hoy se estilan -desde
los personales hasta los deportivos o comerciales, incluso los políticos-
suelen sostenerse en dicha idea en tanto principio firme de determinación. Algo
así como: ´sí juego con todas estas estrategias no se me escapará ningún objetivo`.
Hecho a las claras, pervertidor del principio, dado que la cuestión no pasa por
la eficacia de las estrategias que diseñemos, sino por la virtud de los
objetivos planteados. Tener todos los medios, no valida cualquier fin.
¿A qué alude entonces el
presupuesto pnlista? Teniendo en cuenta que la PNL parte de una concepción
sistémica de la realidad, es decir, de una concepción donde todo lo real sucede
y se explica reticularmente, en red, el mismo viene a decirnos que frente a
diferentes estímulos, el elemento con mayor variedad de respuestas, será el que
ejerza el control sobre la situación o sistema. Así, frente a una determinada
cuestión, problema o propósito, cuanto más desarrollemos nuestra capacidad de comprensión
del asunto, por lo tanto de su gestión, mayor precisión alcanzaremos en la consecución
de lo bueno o exitoso vinculado a ello. Sí frente a lo que sucede, aumentamos
la captación, la adaptabilidad, la flexibilidad y la creatividad, nos
permitiremos un mejor acercamiento al mundo.
Un hecho que sin duda nos salvará de echarle quejosamente la
culpa de todo a las circunstancias externas: ´qué si la gente`, ´qué si la
suerte`.... En el fondo, porque el principio en cuestión viene a recordarnos
que para alcanzar los resultados deseados ya contamos con los recursos necesarios;
solo hace falta identificarlos y usarlos.
De ello dependerá el mejor control de
cara al mejor objetivo: aprovechar la vida y no aprovecharse de ella.