Para la PNL, en tanto labor de sistematización y síntesis de
variados principios e instrumentos terapéuticos, hay una serie de presupuestos
que, como su ´abc`, vienen a ser la referencia ´casi genética` sobre la que se
constituyó como tal. A ellos queremos prestar atención a partir de hoy.
Así, el primero, el famoso: ´el mapa no es el territorio`
quiere responder (metafóricamente) al hecho de que entre la realidad y nosotros
no existe una relación directa, tal como sí la mente pudiera elaborar una copia
exacta de lo que acontece fuera o dentro de ella. Por el contrario, entre ambos
mundos existe la inevitable mediación de las interpretaciones y las
representaciones. De las imágenes que precisamente dibujan, elaboran el mapa, de
lo que es el territorio, la realidad.
Utilizada originalmente por Albert Korzybski
(1879-1950) en Science and Sanity (1933), la frase se convirtió rápidamente en el eje de
su ´semántica general`. Un constructo con el que pretendía mostrar que los
seres humanos al momento de elaborar nuestra experiencia de mundo, estamos
limitados cognitivamente por dos estructuras: la del propio sistema nervioso y
la de la lengua. Estructuras determinantes de las abstracciones desde las que
interactuamos con la realidad, pero también de nuestro confundir la lectura con
el texto.
Pero volvamos a la expresión. Ante una situación vital, sea
un acontecimiento o una cuestión intrapsíquica, hacemos una representación
mental de la misma. Expresamos en imágenes y palabras lo ocurrido; trazamos un
mapa. Por ejemplo, sobre un territorio o realidad como la muerte, podemos decir
-a partir de la incidencia de filtros sociales y personales- que es algo
imposible de superar, algo horrible o simplemente parte de la vida. Llegado el
caso de la muerte real de alguien, el hecho activará el mapa, el propio trazado
que hayamos construido.
Por lo tanto, pase lo que pase, la capacidad de leer de una
u otra manera, correcta o incorrectamente lo acontecido sigue siendo nuestro
particular poder. Somos nosotros los que podemos acercar más y mejor el mapa al
territorio para hacerlo útil, fuente de bienestar en lugar de malestar.