Hace poco os decíamos que debíamos detenernos en lo que llamamos la "creación" de las sensaciones de nuestras visualizaciones. Tened en cuenta que a estas alturas ya hemos considerado cómo "formular" y "visualizar" adecuadamente un objetivo. Pues bien, de lo que se trata ahora es de registrar todas las sensaciones que surjan del vernos cumpliendo dicho objetivo. Ello a través de lo que denominamos "anclajes": en sí, la fijación en una parte de nuestro cuerpo (las muñecas, las rodillas, el pecho, etc.) de aquellas sensaciones que emanen de la representación o imagen mental que en sí misma es toda visualización.
Recordad que estando dentro de la imagen, debíamos ser capaces de ver, oír, oler, gustar y sentir corporalmente, al máximo, a través del trabajo de nuestros sentidos. Pues bien, luego de que cada sentido haya alcanzado la mayor percepción de la que sea capaz, o viendo, u oyendo, etc., se trata como de "atrapar" esas sensaciones y fijarlas en la parte del cuerpo elegida. En el fondo, de autogenerarnos los estímulos que luego nos ayudarán a recordar la representación de nuestro objetivo sin necesidad de estar visualizándolo continuamente.
Por lo tanto, los "anclajes" son una herramienta creativa y potente, capaces de ponernos en "activo", en "movimiento" detrás de eso que queremos alcanzar. En sí mismos, un recurso sencillo en su lógica, pero sumamente eficaz en sus efectos; aunque a veces complejo al momento de su aplicación. De ahí que nuestro consejo sea que ante el primer "anclaje", siempre se recurra a la ayuda profesional. Luego ya será más fácil dar juego a todas las virtualidades de dicha herramienta.
Si al respecto, o ante cualquier otra inquietud, queréis consultarnos, ya sabéis que podéis visitarnos, escribirnos o llamarnos:
c. Perpetuo Socorro 4, oficina 3.
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Os dejamos un saludo cordial.